Además de contar con conocimientos sobre tecnología y software, los líderes de pymes en la era digital deben reevaluar por completo su modelo de liderazgo, tanto a nivel cultural como estratégico. En este artículo, Jordi Alemany nos ofrece consejos sobre cómo gestionar las preocupaciones en torno al liderazgo en tiempos de digitalización.
En este artículo
Vivimos en un mundo cada vez más global y tecnológicamente avanzado, lo que proporciona muchas ventajas a la hora de hacer negocios. El mundo ya no tiene fronteras, y la tecnología ha abierto un nuevo universo de oportunidades para las empresas de todos los tamaños y sectores.
Pero esta nueva coyuntura también exige de una tremenda capacidad de adaptación que no se limita únicamente al ámbito técnico o a la redefinición de procesos. Se extiende también al ámbito del liderazgo, la cultura y la estrategia, aspectos fundamentales en esta nueva era tecnológica, pero que en muchas ocasiones pasamos por alto a la hora de abordar el proceso de transformación digital, especialmente en las empresas familiares y pymes.
En las próximas líneas te voy a contar cuál es el verdadero desafío al que se enfrentan las pequeñas y medianas empresas a la hora de transformarse digitalmente, así como cuáles son las 5 claves para superar con éxito ese reto.
El Gran Desafío
El gran desafío para la mayoría de pequeñas y medianas empresas en esta nueva era digital va más allá de la simple inversión en tecnología, o de la necesaria gestión del cambio. El verdadero reto consiste en que los que lideran las pequeñas y medianas empresas acepten que este nuevo contexto exige una revisión profunda de su estilo de liderazgo, cultura y estrategia.
Este nuevo tablero de juego demanda una mentalidad más abierta, innovadora, empática y flexible. Los líderes hoy deben ser promotores de confianza y constructores de una cultura que considere las oportunidades que nos brinda, por ejemplo, el teletrabajo, no como una amenaza, sino como una oportunidad. Por desgracia, en demasiadas ocasiones, observamos que el principal obstáculo a la hora de completar una verdadera transformación digital tiene que ver con la mentalidad de los que dirigen la empresa.
Y es que, la transformación implica una reevaluación completa del modelo de liderazgo, la cultura, la estrategia. Esta nueva coyuntura exige una mentalidad abierta a la experimentación y al cambio, que no siempre se da, y es ahí donde fracasan la mayoría de los planes de transformación digital de las pymes.
Como ves, las claves para liderar una pequeña o mediana empresa en este nuevo escenario no radican únicamente en la tecnología en sí, sino en cómo se integra la tecnología en el estilo de liderazgo, la cultura y la estrategia global de la empresa.
A continuación, vamos a ver las 5 claves que definen el éxito a la hora de liderar una pyme en la era digital.
Las 5 Claves Para Liderar con Éxito una PYME en la Era Digital
1. Actualizar el Modelo de Liderazgo
El liderazgo en la era digital ya no es monolítico, y basado exclusivamente en la autocracia y el control. La tecnología, junto con una mayor preparación y conocimiento por parte de los profesionales, permiten evolucionar nuestro liderazgo hacia un estilo más participativo.
De poco sirve que digitalicemos procesos, dándoles velocidad y agilidad, si continuamos controlando cada paso, cada decisión que toman nuestros empleados. La transformación digital nos debería permitir empoderar a nuestros equipos, promoviendo la flexibilidad y la autonomía a la hora de tomar decisiones.
El estilo de liderazgo participativo no sólo aumenta la agilidad y la capacidad de respuesta de la empresa ante cualquier adversidad, sino que también mejora la motivación y el compromiso del equipo. Un líder en la era digital es aquel que inspira, guía y facilita, en lugar de dictar y controlar continuamente.
2. Construir un Entorno Psicológicamente Seguro
El liderazgo de una pyme en la era digital exige una mentalidad abierta, enfocada en la innovación y la mejora continua. El líder debe desarrollar y practicar su pensamiento crítico, reflexionando acerca de sus propios paradigmas. El mundo hoy lo lideran los que tienen la capacidad de cuestionarse y cuestionarlo todo, continuamente.
Como líderes, debemos estar dispuestos a romper con los patrones tradicionales y adoptar enfoques más flexibles. Experimentar con nuevas ideas, estar abiertos a aprender de los errores, reconocer nuestros tropiezos y ser valientes para implementar cambios, aunque no los hayamos propuesto nosotros.
En un entorno de cambio acelerado, donde la necesidad de adaptación a nuevos desafíos es constante, debemos fomentar un ambiente donde el equipo se sienta seguro, donde nadie tema reconocer un error, aportar una idea, o a cuestionar el statu quo en pro del bien de la organización.
3. Incentivar una Cultura Co-Creativa
La cultura empresarial en la era digital debe ser colaborativa, flexible y empática. Las pymes más competitivas hoy en día se distinguen por fomentar una cultura de co-creación, donde las ideas divergentes no se perciben como obstáculos, sino catalizadores para el aprendizaje y la innovación.
El liderazgo en una cultura co-creativa se caracteriza por su enfoque poco endogámico y muy inclusivo. En lugar de centralizar el reconocimiento y el éxito en unos pocos que aplauden nuestras decisiones, y no cuestionan nada, se incentiva la complementariedad de talentos e ideas, que es la esencia de la innovación.
4. Contar con una Estrategia de Transformación Digital Clara
La ausencia de un plan estratégico, o la existencia de uno –que sólo conoce el propietario de la pyme y algún empleado de su confianza, y que contempla la digitalización como una herramienta para ahorrar costes o acelerar ingresos–, es uno de los problemas más habituales con los que nos encontramos en la mayoría de las pymes actualmente.
La digitalización debe ser el catalizador para la transformación integral del negocio, comenzando por la experiencia del cliente y del empleado, y para ello debería formar parte de un plan estratégico claro y concreto que, además, conozcan tanto los clientes, como los empleados que la deben ejecutar.
5. Definir un Propósito Común
Finalmente, y como he mencionado en el punto anterior, una verdadera transformación digital debe enfocarse en mejorar la vida de todos los stakeholders: clientes, empleados, proveedores y la sociedad en general, y no sólo en aumentar la rentabilidad de la compañía.
La razón por la que este punto es crítico es que, cuando los clientes, los empleados o los proveedores no entienden por qué digitalizamos nuestros procesos, o perciben que la digitalización no les hace la vida más fácil, sino todo lo contrario, se rebelan contra el proceso, e incluso lo sabotean. A un cliente, e incluso a un empleado, le resulta siempre más sencillo romper relaciones con una pyme, que con una gran corporación, debido a la menor dependencia y el menor poder de influencia que tienen las primeras en comparación con las segundas.
Por tanto, debemos diseñar nuestra estrategia de transformación digital cuidadosamente, no sólo considerando criterios técnicos y financieros, sino también el impacto en la percepción y las necesidades reales de quienes interactúan diariamente con la empresa.
Conclusiones
Como hemos visto, la revolución digital no sólo consiste en digitalizar procesos, o invertir en la última tecnología, sino que requiere de un cambio fundamental en el estilo de liderazgo, la cultura y la estrategia empresarial.
Estos cambios no son simples ajustes, son transformaciones profundas que redefinen la identidad y el funcionamiento de la empresa en su conjunto, especialmente en las empresas familiares y pymes, más propensas a funcionar bajo un liderazgo centralizador y una cultura de control estricto del empleado por parte del líder.
Si lideras una pyme y quieres seguir manteniendo la capacidad competitiva de tu negocio en el corto plazo, deberías plantearte las siguientes preguntas:
- ¿Está mi estilo de liderazgo adaptado a la nueva coyuntura?
- ¿Fomenta nuestra cultura que saquemos el máximo partido del talento y de la tecnología con la que contamos?
- ¿Cuál es la estrategia y qué papel juega la tecnología en esa estrategia?
- ¿Contamos con un propósito común, más allá de ahorrar dinero, o ganar más dinero, gracias a la tecnología?
- ¿Hemos comunicado claramente ese propósito a las partes implicadas?
De la respuesta a estas preguntas dependerá el éxito de tu pyme en los próximos años.
¿Hora de reflexionar?